Berenice Tenorio enfrentó la pobreza, hoy es reconocida empresaria en EU

En el año 2004, tras buscar conexiones profesionales, la sanbartolense recibió una oferta de empleo para trabajar en Estados Unidos

“La educación me abrió muchas puertas, me cambió la vida”, expresó en  vísperas del Día Internacional de la Mujer, Berenice Tenorio Salinas, licenciada en Comercio Internacional, creadora de la compañía de alimentos Nuestra Cocina. 

Con una empresa de 120 productos que se comercializan en 3 mil tiendas de autoservicio, en 22 estados de la Unión Americana, la mujer originaria de San Bartolo Tutotepec, en 2021 recibió el premio “Latina in Business”.  

Pero, detrás de esta historia de éxito, hay algo que destaca en cada etapa de la vida de la sanbartolense: la perseverancia, acompañada del espíritu de emprendimiento que, asegura, heredó de su mamá, la señora Manuela Salinas Téllez. 

“Crecí en una casa con techo de lámina típica de un área rural. Mi mamá enviudó dos veces, solo le alcanzaba para alimentarnos y mantener los gastos de la casa, tenía una pequeña fonda que emprendió sola en su lucha por sobrevivir y a falta de fuentes de empleo en el municipio”. 

Berenice Tenorio Salinas, la menor de nueve hermanos -Lirio, Joel, Marcela, Rocío, Alejandra, Ricardo, Osvaldo, Isela- recordó que en San Bartolo, anteriormente solo se podía estudiar hasta preparatoria, porque no había nivel educativo superior. 

“Me enteré de una beca que estaba disponible en la preparatoria La Salle en Pachuca para estudiantes de bajos recursos, apliqué y me aprobaron, terminé mi último semestre de preparatoria en Pachuca. Ahí viví con unos tíos que me abrieron las puertas de su casa”, relató. 

Ver que los compañeros de clase hacían planes para estudiar en el Tecnológico de Monterrey, impulsó a la joven a conseguir una beca y lograr otra meta: aprender cómo hacer negocios con otras culturas, “hasta ese momento de la preparatoria yo no había visitado otra ciudad fuera de Hidalgo más que la ciudad de México”, recordó. 

En el año 2004, tras buscar conexiones profesionales, Berenice  recibió una oferta de empleo para trabajar en Estados Unidos en la industria de alimentos con un enfoque en el mercado mexicano. “Me mudé a San Antonio Texas, y posteriormente a Chicago Illinois, donde actualmente resido”. 

Tras 9 años de trabajar en la industria de alimentos lácteos con dos diferentes compañías en EUA, en 2013 Berenice tomó el riesgo y abrió su propia compañía de alimentos donde actualmente tiene una línea extensa de quesos mexicanos, cremas, yogurts, chorizos y postres, y sus productos se elaboran bajo procesos sostenibles que ayudan a conservar el medio ambiente. 

“Hoy en día nuestros productos no solo son del gusto del mercado mexicano y latino en general, sino que también nuestros productos han conquistado el paladar del mercado anglosajón”, indicó.  

Como líder de una empresa en este rubro, Berenice señaló que “ha sido gratificante emprender en otro país una compañía para elaborar productos que están dentro de los 20 principales ingredientes de nuestra gastronomía como lo son los quesos y las cremas”.   

La hidalguense que tuvo como desafíos crear una empresa en otro idioma, un sistema nuevo, aprender terminología legal en inglés usada en contratos comerciales, reconoció que el reto más grande ha sido estar lejos de su familia. 

Berenice considera que el llamado “sueño americano” puede definirse como la igualdad de oportunidades y libertad que permite que todos los habitantes de EUA logren sus objetivos en la vida únicamente con el deseo, el esfuerzo y la determinación.  

“Yo creo que he logrado el sueño mexicano y el americano porque en ambos países he logrado los objetivos que me he propuesto a lo largo de mi vida a base de esfuerzo y determinación”. 

“En ambos países se me han cerrado puertas pero he abierto otras y en ambos países no he esperado que me caigan las oportunidades del cielo, en ambos países he luchado para crear mis oportunidades”. 

La destacada empresaria contó que tiene la fortuna de visitar cada año el lugar donde nació y creció “mi bello San Bartolo” así lo define, aunque desearía que la brecha que existe en todos los rezagos de la región Otomí Tepehua se fuera reduciendo a pasos agigantados.  

Al ser la educación lo que cambió la vida de Berenice, refirió que su empresa de lácteos contribuye otorgando fondos a organizaciones que se encargan de administrar las becas para estudiantes hispanos que viven en Chicago y que son hijos de familias de inmigrantes que no cuentan con recursos económicos.   

Cuestionada sobre la manera en que le gustaría se conmemorara el Día Internacional de la Mujer, Berenice expresó que en el caso de México se nombrara una calle o avenida con el nombre de una mujer destacada en cualquier ámbito y que esté viva.  

“La nomenclatura está consagrada a los hombres, mientras científicas, poetas, periodistas, altruistas, deportistas, defensoras de derechos humanos, etc. ocupan un segundo plano. Este tipo de conmemoración no sólo buscaría la equidad de género sino también inspiraría a otras mujeres a lograr sus sueños”, concluyó.  

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