Biden y su agenda migrante

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Resulta suficiente visitar la página web de la campaña del presidente electo de EUA, Joe Biden, para darse cuenta de que la agenda con México y nuestros connacionales radicados en aquel país en materia migratoria, será muy diferente a lo ocurrido con Donald Trump. De entrada, el título del apartado respectivo llamado “El plan Biden para asegurar nuestros valores como una nación de inmigrantes” abre un abanico alentador y de oxígeno puro para dicha agenda.    

A este respecto, la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos ya había dado un revés al gobierno del presidente Donald Trump, al bloquear el intento de poner fin al programa de “Acción Diferida para los Llegados en la Infancia” (DACA por sus siglas en inglés), teniendo como consecuencia mantenerlo en los términos de la política original del 2012. El mensaje de Biden en campaña fue justamente regresar al espíritu de lo que se pensó en su inicio para dicho programa.

Además, en la propia página web, el presidente electo Biden se comprometió a que en los primeros 100 días de su administración tomaría medidas en torno a: la política de separación de padres e hijos en la frontera, poner fin a las restricciones en materia de asilo impuestas por Trump,incrementar recursos humanitarios e incentivar la participación de iniciativas público-privadas,terminar con la detención prolongada e invertir en un programa de manejo de casos, terminar con el desvío de fondos federales para la construcción del “muro”, y claro, proteger a los llamados “dreamers” y sus familias (DACA), entre otras.  

Ahora bien, México es reconocido en el mundo por las aportaciones que a lo largo de su historia se han realizado en materia de política exterior. La diplomacia consular no ha sido la excepción. Así, durante el inicio, implementación, aplicación y seguimiento de la controversia del DACA, ha sido motivo de atención en defensa de los mexicanos radicados en EUA. Dicho esfuerzo no fue menor a la luz de los números: México es el país con más beneficiarios del programa con alrededor de 1.24 millones de personas (cerca de tres cuartas partes del programa) y su porcentaje total de aprobación fue cerca de 78 por ciento (muy por arriba de solicitudes de nacionales de otros 191 países). 

Dicha relevancia en cifras, enmarcada en la posibilidad de evitar temporalmente la deportación y permitir conseguir trabajo a nuestros connacionales, provocó que desde el 2012 la red consular mexicana implementara sendos programas para asesorar a potenciales beneficiarios. En ese entonces, tan sólo entre 2012 y 2013, se organizaron más de siete mil eventos con el objeto de acercar información, asesorar legalmente y realizar ferias educativas. 

También, en esa época se presentaron el mayor número de solicitudes (alrededor de 600 mil) y las aprobaciones para mexicanos fueron del 60 por ciento aproximadamente. También, entre 2012 y 2015 la Cancillería desplegó un esfuerzo sin precedente para destinar recursos de apoyo en trámites, asesoría y evitar abusos (principalmente en renovaciones) de nuestros migrantes. Fue en el 2015 que se registró el mayor número de renovaciones (419 mil) del programa. 

Sin duda alguna, la larga tradición diplomática y consular ha rendido frutos en la protección de los mexicanos en EUA. La agenda de la Cancillería en el marco del DACA ha sido consistente y consecuente hasta el día de hoy. Debe seguir siendo prioridad en nuestra relación con EUA. Los “dreamers” para la futura administración Biden deben ser valorados por su enorme aporte económico, social y cultural para EUA y México.

EMILIO SUÁREZ LICONA

Consultor y profesor de la Universidad Panamericana

@EMILIOSL

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