Chole con los registros

Agujeros Negros

Si bien en teoría los militantes de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) leyeron la convocatoria para el proceso interno de selección y postulación de candidato o candidata al gobierno de Hidalgo, la apertura del mismo se convirtió en una pachanga que le resta toda la seriedad al presentar su solicitud la friolera de 62 cuadros que sienten o creen tener méritos y cualidades para ser el abanderado en las elecciones estatales de junio de 2022. 

Tanto que muchos morenistas mostraron su reprobación con la popular expresión de “Ya Chole” que muestra hartazgo cuyo sinónimo es ya basta; porque hay quien se inscribió como parte de una estrategia para conservar su presencia como los miembros del Clan Universitario: Damián Sosa Castelán y Lidia García Anaya u otros para incluir en su currículum que buscaron contender por la candidatura. 

Es claro que solo tres o cuatro de esta larga lista son quienes serán contemplados en la encuesta ordenada por la Comisión Nacional de Elecciones, pero se genera una percepción negativa y de carencia de seriedad en la sociedad que puede ocasionar una caída en las preferencias electorales al convertir los morenistas un proceso que obliga a la seriedad y responsabilidad en un carnaval. 

Lo que refleja la ausencia de autoridad formal y moral de la dirigencia estatal que preside Sandra Ordoñez, que debió normar los criterios para los registros y conducir a sus cuadros y militancia a la seriedad que merece el histórico proceso electoral para elegir gobernador constitucional del estado, porque una cosa es que las encuestas que se conocen hasta el momento den ventaja a Morena y una muy diferente es que esta tendencia se conserve con cualquier postulado. 

El mensaje de chunga que se dio a la sociedad con el registro de 62 aspirantes a la precandidatura al gobierno de Hidalgo, se reflejó de inmediato en redes sociales y en muchos lugares de reunión de la sociedad, digamos que junto el acto proselitista del diputado local Francisco Xavier Berganza disfrazado de evento musical con fuerte financiamiento de origen desconocido, es hoy para seguir con las expresiones populares, la comidilla política del fin de semana. 

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