CIVILIDAD CIUDADANA 

darDOS con garlito

Garlito 

Ver todos los esfuerzos por décadas, incluso siglos, de una sociedad como la mexicana, en eterna y constante transformación, en una búsqueda por hallar el camino más corto y fácil, para alcanzar objetivos comunes, sino entonces ¿para qué guerras y luchas intestinas que destrozaron varias veces al país?  ¿Para qué una encarnizada batalla política y discusiones acaloradas, sino tiene como finalidad, reconstruir el tejido social devastado? ¿Para qué aires de renuevo, si el individuo continúa en el oscurantismo ciudadano?; todo interés político debe ser para tener una mejor sociedad organizada, los que juegan al poder hacen su trabajo y el ciudadano, en su desfachatez total, no contribuye al cambio. 

Aires 

En una ajustada reflexión sobre la Independencia de la Nueva España y el dificultoso y abrupto camino, que tiene nuestra nación para alcanzar los niveles de igualdad, justicia, equidad, democracia, felicidad aún no logrados; tras millones de pliegos escritos, enmendados y desechados para elaborar leyes que sirvan y millones de palabras de héroes vehementes, poseídos por el Espíritu de la Libertad y otro tanto, quizá los más, de esos que legislan para beneficiar grupúsculos y élites y configuran estirpes que se apropiaron del derecho de decisión de los mexicanos; el individuo, la ciudadana, el ciudadano, pasmado permanece en espera del milagro: seguir no haciendo nada para hacer un mejor país. 

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No basta proyectar un diseño un plan de desarrollo económico y social, no basta ejercer la ley contra quienes la violan o la utilizan para seguir haciéndolo, ante la devastación del tejido social de nuestros estados, municipios, pueblos, de todo el país, se requiere de los nuevos aires que soplan en todas direcciones y ondean nuestra bandera con mayor alegría y esperanza, el ánimo popular y ante axiomas como el de Octavio Paz, que indica, el mexicano se mimetiza con el entorno para no correr riesgos, en el fondo los compatriotas, están de acuerdo con la ruptura de una inercia enfermiza y devastadora; una vuelta a la tuerca, un giro a la brújula, un pase de página, una nueva era y régimen, que de nada servirá, si ciudadanos y ciudadanas continúan con el pesimismo conservador y la añoranza de tiempos idos. 

Nuevos 

En todo este asunto, ¿cuál es el papel de la ciudadanía, del ciudadano común, cuál es su vela en este entierro?, donde hipotéticamente es el centro específico de toda acción política, electoral y legal, contribuir a una sociedad igualitaria, equitativa y libre, exige de mujeres y hombres, que propicien una mejor convivencia, fortalecer la cultura de la civilidad, como elemento básico de la edificación de un nuevo orden social y una nueva relación, esta positiva y propositiva con los nuevos gobiernos, emanados de la necesidad de renovar el agua estancada que ya podrida apestaba todo; para intentar regenerar el tejido social devastado, la voluntad ciudadana es fundamental, mediante acciones como la amabilidad, cortesía, atención, buenos modos, solidaridad y empatía, estaremos acordes con los nuevos propósitos, no bastan cambios estructurales, es menester una transformación al interior de cada mexicano, si buscamos como nuestros abuelos, un mejor tiempo para los nuevos; solo curando el tejido social, lograremos volver a vernos como hermanos como compatriotas, no como enemigos, la indiferencia, el desprecio y la ignorancia, son agentes perversos de la dictadura, eliminémoslos. 

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En la vida diaria, en la movilidad de las personas, en las aceras públicas, el transporte masivo, mercados, escuelas y calles solitarias, la gente a toda costa intenta ser primera, no permite el paso y salvo verdaderas excepciones, simplemente nadie es amable, otorgar el paso o ceder el asiento a una fémina, puede ser considerado acoso, la ciudadanía a la defensiva, cuidándose del prójimo, del paisano, dudando y desconfiando de todos, en ese ambiente en ese caldo de cultivo, es donde germinó la semilla de la intransigencia y de la eternización de la mentira, extirpémosla; ahora buenos modos y condescendencia sino la ciudadanía será estorbo de la transformación. 

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Rolando García

Pachuqueño, periodista guionista, registrando la historia cotidiana de todos los días
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