“Él dejó una marca muy grande en mi cuerpo y va a ser muy difícil que se olvide”: Carmen

Víctima de ataque con ácido

“Me imagino que es un monstruo, cuando yo escucho la palabra machista, machismo, me imagino que es un hombre muy grande con muchísima fuerza y que está del tamaño de un elefante y que nosotras somos así pequeñitas. Me da miedo no poder terminar con eso algún día”, asegura Carmen Sánchez, con voz entrecortada, tras recordar el ataque que sufrió con ácido por parte de su expareja.

Fue la mañana del 20 de febrero de 2014, cuando Efrén N. volvió a atacarla nuevamente, pero esta vez con la intención de terminar con la vida de ella arrojándole un chorro de ácido al rostro y al cuerpo de una mujer que tenía 29 años de edad. Era su venganza por haber terminado la relación.

“La verdad es que es un tema muy fuerte que a mí en lo personal me afecta hablar de eso, porque desafortunadamente he sido violentada por todo este sistema machista en el que estamos. A mí me da tristeza esto”, dijo.

Han pasado 8 años y 61 cirugías, pero para la oriunda de Ixtapaluca, Estado de México, desde aquel momento su vida se transformó, porque no solamente ha tenido que enfrentar la violencia del agresor, a quien ya había denunciado y no hicieron nada, sino que también a la revictimización social, la institucional y de las autoridades.

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“Ha sido muy desgastante para mí, la verdad es que jamás imaginé que a mí me iba a pasar algo tan terrible, fue muy doloroso para mí, para mi familia, para mis hijas, este ataque con ácido con el que me intentaron asesinar, pues me llevó 8 meses a un hospital sin poder salir».

“He estado desprotegida durante todo este tiempo y me ha tocado tener que hacer de todo para poder quitarle un pedazo de justicia al Estado mexicano. La verdad que para mí sí ha sido muy fuerte de pasar de ser víctima a activista, para defender mis derechos”, explicó.

Servicios médicos son protocolos

Después del ataque, familiares de Carmen la llevaron a un hospital donde atienden problemas de piel como lepra, pero la sorpresa fue que no sabían cómo atender casos como el de ella y por falta de conocimiento y protocolos, en lugar de ayudarla, la lastimaron más.

La activista fue ingresada a un cuarto en donde le arrojaron agua con una maguera a presión que la lastimó más y de esa forma fue que trataron de enjuagar el producto químico que le fue arrojado, sin embargo, recuerda que no se lo pudieron quitar todo de la cabeza.

Después de este proceso se le untó una pomada para luego ser vendada y ponerla nuevamente en una camilla en donde permaneció alrededor de 15 horas.

Fue en el hospital Magdalena de las Salinas, el cual tiene la especialidad de quemados, donde le dicen que todo lo que le hicieron estuvo mal y es ahí donde le practican su primer lavado quirúrgico.

“Ahí estuve más de 8 meses, sin embargo, el cirujano fue muy claro y que no podían hacer más por mí, que mis cirugías eran cirugías estéticas no funcionales, entonces me dan de alta después de ese tiempo con cerca de 50 cirugías y quedo desprotegida, ya no tengo forma de hacer más cirugías».

“Hace dos semanas conocí a una mujer que fue atacada con ácido en 1988 y que la atendieron los mismos cirujanos que me atendieron a mí hace 8 años, y que atendieron a Carina, también de Ixtapaluca, de un ataque con ácido, hace dos años y pasó lo mismo”, aseguró.

Afirma que estos casos no son aislados, que este tipo de violencia viene existiendo desde hace más de tres décadas y que hasta el momento no hay protocolos médicos en hospitales para atender a mujeres atacadas con ácido y, pese a que la Cámara de Diputados ya lanzó un dictamen en donde exhorta a la Secretaría de Salud a atender estos hechos, hasta el momento nadie se ha acercado a las víctimas para preguntarles qué es lo que se necesita hacer.

No llega la justicia

Para Carmen el principal enemigo de las mujeres es el Estado mexicano, porque no ha hecho nada de lo que se supone debe hacer: proteger, castigar, erradicar, investigar y reparar.

“Creemos, y no solo yo que he tenido la oportunidad de tener comunicación, no solo con las mujeres que han sido atacadas con ácido, sino con madres de feminicidios por este activismo que he llevado no solo en mi municipio, sino que, en otros lugares, lo he escuchado de las propias víctimas. Si el Estado no nos garantiza nuestra seguridad, el Estado es el peor enemigo de las mujeres”.

Y es que el encuentro que tuvo con la justicia fue desesperanzador porque su expediente se perdió por cuatro años y gracias a la intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos se pudo recuperar para dar inicio al juicio contra Efrén, quien se encuentra preso en el penal de Chalco y en espera de sentencia por tentativa de feminicidio.

“Si Efrén está detenido y si yo estoy con vida, es porque mi familia me auxilió, porque he podido sobrevivir a todo esto, porque hay mujeres atrás, adelante y a los lados de mí, mujeres que me han sostenido desde que me pasó este intento de feminicidio, pero no por las autoridades”, dijo.

Se tardaron 7 años en ejecutar la orden de aprehensión contra el victimario, quien buscó un amparo para llevar el proceso en libertad, situación que puso en alarma a Carmen y a su abogada, quienes estaban esperando la audiencia intermedia en donde se iban a desahogar todas las pruebas, pero que se tuvo que suspender y ahora sigue esperando en que se retome dicho proceso.

“Para mí sí es muy lamentable que a 8 años no pueda obtener un poco de justicia. Esta orden de aprehensión la pudieron haber ejecutado desde el primer día que a mí me atacó, porque yo siempre denuncié, es falta de voluntad política con la que ellos no dan cumplimiento a una orden de aprehensión, porque no les interesa detener a los agresores y para nosotras las mujeres hasta creemos que es ese pacto patriarcal que tienen entre hombres”.

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La vida continúa

Mientras que la justicia llega, Carmen mantiene el empeño de graduarse como abogada sin descuidar la fundación que lleva su nombre y que hasta el momento ha sido la única que ha llevado un registro nacional de mujeres que han sido atacadas con ácido.

Esta información las autoridades no la tenían, pero que ella logró recopilar los ataques desde el 2001 con 6, 2009 (1), 2012 (2), 2014 (1), 2015 (1), 2016 (1), 2017 (2), 2018 (7), 2019 (2), 2020 (3) y 2021 (6).

Este proyecto que nació en el 2020 tiene como objetivo visibilizar este tipo de violencia de género que se ha realizado por muchos años en México, además de ofrecer acompañamiento legal, psicológico y médico.

Son Ciudad de México, Puebla y Estado de México las entidades que más acumulan casos, seguidos por Oaxaca, Coahuila, Aguascalientes, Veracruz, Michoacán, Hidalgo, Guanajuato y Quintana Roo.

“Mi día a día es levantarme, mirarme al espejo, recordarlo porque toda la vida lo voy a hacer. Él dejó una marca muy grande en mi cuerpo y va a ser muy difícil que se olvide».

“He tratado de recuperar mi dignidad sin perder la indignación y continuar con mi vida. Desafortunadamente este sueño de la fundación llegó con esta desgracia tan terrible, pero no quiero que mi vida ni que la vida de ninguna de las mujeres que estamos en esta fundación se vaya en este proceso. Yo no sé si algún día alcance la justicia, yo no sé si algún día las demás van a alcanzarla, no quiero eso para ellas ni para mí, entonces trato de rescatar mis sueños y uno de ellos es terminar mi universidad”.

“Si el Estado no nos garantiza nuestra seguridad, el Estado es el peor enemigo de las mujeres”

Carmen Sánchez, Víctima y activista

La amenazan para no marchar el domingo

La Fundación Carmen Sánchez MX lanzó una invitación para que mañana, en el marco del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), todas aquellas que deseen acompañarlas a la marcha de apoyo y solidaridad acudan, desde las 8:30 horas, a las oficinas del Ministerio Público de Ixtapaluca, lugar donde arrancará la comitiva y que terminará en la explanada municipal.

Por este hecho, Carmen denunció en La Jornada Hidalgo que el martes pasado recibió amenazas de muerte para que no realizara nada.

“Me mandaron algunos audios, para que no hiciéramos nada. Aquí en Ixtapaluca llevamos un movimiento grande y hay personas que no les agrada esto, entonces recibí una llamada y unos mensajes y claro que temo por mi vida, porque tengo familia”, comentó.

Por Alan Luna

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