¿Ha mejorado la inclusión laboral? 

In principio erat Verbum

“Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas”. 

John F. Kennedy 

El cambio que se ha impulsado desde el 2019 originado por la pandemia, ha repercutido de forma negativa en muchos sectores de la población y laborales, sin embargo, no podemos negar que las mujeres han sido de las más afectadas. 

En datos de ONU Mujeres en todo el mundo, las mujeres ganan menos que los hombres; en la mayoría de los países, en promedio alcanzan sólo entre el 60 y el 75% del salario de los hombres. Los elementos incluyen el hecho de que es más factible que las mujeres se desempeñen como trabajadoras asalariadas y en trabajos familiares no remunerados; tienen más posibilidades de dedicarse a actividades de baja productividad y en el sector informal y con menos oportunidades de movilidad al formal que los hombres. 

La inclusión laboral ha tenido un retroceso significativo y ha presentado, quizá, mayores problemas en este sector, de acuerdo al análisis Mujeres en el trabajo 2022 emitido por Deloitte muchas han tomado decisiones profesionales y de vida impulsadas por sus experiencias durante la pandemia; para algunas, esto ha significado buscar nuevos patrones de trabajo y más flexibles; para otras ha significado dejar por completo a su empleador o a la fuerza laboral. 

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Dentro de los aspectos a resaltar se enlistan cuatro: 1) Agotamiento generalizado, donde el aumento del estrés ha sido el principal factor; 2) el trabajo híbrido como una oportunidad, el cual permite flexibilidad, pero a su vez también crea un riesgo de exclusión; 3) un incremento del acoso y de las microagresiones, que en la mayoría de los casos no son denunciadas y 4) las empresas que se presentan como solidarias e inclusivas han presentado una mayor ventaja competitiva. 

No podemos negar que la participación de las mujeres en el mercado laboral varía de acuerdo al país, las tradiciones culturales, las oportunidades laborales, la negación a la educación y el apoyo político y es que, desafortunadamente, a pesar de los esfuerzos aún queda mucho por hacer con respecto a la inclusión de las mujeres, las personas con discapacidad y a la disminución de la brecha salarial. 

La globalización, la empatía, y disminuir la indiferencia hacia la violencia y exclusión, ha hecho que desde hace varios años la lucha contra la desigualdad se haya convertido en un tópico ampliamente abordado a nivel mundial. De forma desafortunada también tenemos que reconocer que los avances todavía son lentos, ya que a pesar de las reformas y regulaciones las convenciones sociales, los estereotipos aún mantienen los índices sobre la discriminación hacia distintos sectores en números bastantes elevados. 

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La inclusión laboral no solo habla sobre las mujeres, sino que ésta se traduce en el acceso a empleos productivos con condiciones laborales adecuadas, en donde no haya distinción por género, raza, nacionalidad, edad, discapacidad, religión, orientación sexual o estado civil; sin embargo, a pesar de ser un tema de gran actualidad y constantemente abordado, aún tiene bastantes espacios en blanco. 

Nuestro país aún se encuentra lejos de obtener los resultados deseados, tan solo en información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía del total de población en el país en 2020, el 5.7% cuenta con alguna discapacidad y/o algún problema o condición mental; y todavía no se han hecho avances significativos en rubros como: instalaciones accesibles, mejoras en la comunicación que la hagan más personalizada y privada, Eliminación de sesgos inconscientes y prejuicios o invertir en el modelo de educación inclusiva; solo por mencionar algunos puntos. 

El tema debe analizarse profundamente, pero además tomar medidas apremiantes, aún se debe continuar trabajando hasta lograr una participación igualitaria. Nos enfrentamos a un momento decisivo para la humanidad donde ningún retroceso en cuanto al combate sobre la desigualdad o la exclusión debe ser admisible. 

*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política, Religión y Educación.  

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