¿Ha perdido terreno la democracia?

In principio erat Verbum

“La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo”  

Abraham Lincoln 

El término democracia hace referencia a una forma de organización del Estado, en la cual se defiende y respeta la soberanía del pueblo y su derecho a elegir a sus gobernantes; es así que la libertad y autonomía de elección asumida por la población hasta hace algunos años se habían traducido en un camino plausible, sin embargo, después de poco más de tres décadas se han planteado nuevos escenarios que han hecho que la democracia comience a perder terreno.  

¿Podría ser que una creciente ola de gobiernos autoritarios ha comenzado a ganarle a la democracia? Desafortunadamente, la realidad nos obliga a reconocer que con el paso del tiempo este importante régimen ha perdido popularidad derivado de acciones como: ignorar los derechos humanos, censurar a los críticos y olvidar a las minorías, entre otros; por lo que para que aún prevalezca se deben analizar los errores cometidos, pero sobre todo reformarse y adaptarse a las necesidades actuales. 

En datos de la Organización no gubernamental Freedom House, en su reporte denominado: Libertad en el mundo 2020: Una lucha sin líderes por la democracia se menciona que el 2019 fue el decimocuarto año consecutivo de retroceso en la libertad mundial, y que la brecha se amplió en comparación con 2018, ya que las personas de 64 países experimentaron un deterioro de sus derechos políticos y libertades civiles. 

Expertos aseguran que es poco probable que la democracia muera, sin embargo, términos como “recesión democrática” o “muerte lenta de la democracia” se han comenzado a popularizar, y todo parece indicar que cada vez más países tienen líderes que han llevado el radicalismo y el nacionalismo a extremos donde los derechos de las minorías y la libertad de los individuos en general se encuentran frente a peligros cada vez más numerosos y latentes. 

Por otro lado, el Índice de Democracia Global 2020 elaborado por la revista The Economist reveló que tan solo 23 países se encuentran reconocidos como democracias plenas lo que equivale al 13.8% del total de los países y al 8.4% de la población mundial, además se identificaron 52 como democracias imperfectas, 35 sistemas híbridos y 57 regímenes autoritarios. 

Este mismo análisis menciona que desafortunadamente el año pasado la democracia se puso a prueba con más fuerza que nunca, lo anterior derivado de la pandemia ocasionada por el coronavirus, batalla de la cual no salió bien librada, ya que la puntuación media global cayó de 5.44 en 2019 a 5.37 en 2020, siendo por mucho, la peor calificación registrada desde que se elaboró el índice por primera vez en 2006. 

El panorama actual nos demuestra que, de continuar así el resultado será un mundo cada vez más hostil; ya que, si bien es cierto que mucho tienen que ver los líderes mundiales, quienes podríamos hacer un cambio radical y reconstruir un poco del camino somos nosotros. 

Pero no todo es malo, paradójicamente frente al debilitamiento de la democracia, las voces se han hecho más visibles, la gente no está dispuesta a permitir liderazgos autoritarios, prepotentes e indiferentes; es así que en los últimos años ha surgido un asombroso número de protestas y movimientos que ponen de manifiesto la necesidad del respeto a los derechos humanos y un alto a los abusos y agresiones. 

Y aunque la labor no es sencilla, ya que no solo se trata de combatir intereses arraigados e incluso dispuestos a utilizar la fuerza para mantener el poder, hoy más que nunca la democracia debe apelar por el desarrollo integral, por devolver la paz, por reclamar los derechos de cada individuo, pero lo más importante, por frenar la caída de la libertad en el mundo. 

*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.  

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