Nadie puede negar que en el discurso político las mujeres han estado presentes, aunque en las acciones no, que en la distribución de espacios en el sector público también, aunque esto haya sido más por obligación y disposición legal que por convicción y que hoy estén más vigentes que nunca en la arena electoral pero tristemente solo por el interés proselitista y no por una decisión de integrarlas a un proyecto.
Duele, pero es la realidad, la misma que viven 22 familias que perdieron a sus hijas, hermanas o madres víctimas de feminicidios en los últimos 15 meses o de las 5 mil 870 mujeres víctimas de violencia familiar tan sólo en el año que terminó en todo el estado y que tristemente son doblemente víctimas del sistema judicial del estado por el alto grado de impunidad que hay en cada uno de sus casos.
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¿Qué tiene que pasar para que los responsables de este tipo de casos acaben en la cárcel como se merecen? ¿Qué tendrían que hacer policías, ministerios públicos y jueces, para aplicar lo que dice la ley? ¿Qué falta para que se aplique la ley a favor de las mujeres? ¿Qué debe ocurrir para que las fiscalías de atención a delitos de género cumplan su papel? ¿O que los institutos de las mujeres apliquen la política pública en favor de ellas? Es muy simple, que el discurso político sea congruente con las acciones.
Hoy, lejos de rasgarse las vestiduras con tanto evento y mensajes en redes sociales, de reconocimiento a ellas por su lucha y conquista, lo que se requiere es actuar a fondo para que evitar más muertes de mujeres, acoso en dependencias públicas, en centro privados de trabajo, en escuelas, en las calles, es poner un alto a todas las acciones que atentan contra uno de los sectores más vulnerados en el estado.
Nadie puede sentirse satisfecho, mientras haya una mujer desaparecida, violentada, vejada en sus derechos o lastimada todos los días en su hogar y peor aún, que los golpeadores y abusadores sean los mismos que se deberían encargar de velar por sus derechos.
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Nada cambiará mientras las acciones sean las mismas, de nada sirve crear centros especializados de atención, refugios temporales, presupuesto “para las mujeres”, si no hay una inclusión real en las políticas públicas y un principio relevante sería darles garantías de seguridad, de crecimiento, de apertura de espacios real y no simulaciones.
Mientras esto no suceda, ningún discurso, iniciativa legal, propuesta o presupuesto será válido por más que se repita en cada rincón y comunidad, porque la única realidad de las mujeres está plasmada en estadísticas marcadas por la desigualdad, la violencia y la indiferencia y vendrá una época en que serán más mencionada que nunca por quienes aspiran al gobierno del estado, porque como bandera política para sacar raja las mujeres son una “buena causa”.
De mi tintero… La contraloría del estado alista al menos 16 denuncias penales más en contra de ex presidentes municipales anote usted entre los relevantes a Raúl Badillo Ramírez y Tenango de Doria, Aldo Octavio Molina, y aunque tenga tufo político, es una realidad que son varios millones de pesos los que no aparecen…
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