Mujeres luchan por mantener cafetales en Tenango

El proyecto Las Adelitas busca armar una red de mujeres distribuidoras y consumidoras de café agroecológico

Con la marca Las Adelitas, un grupo de mujeres cafetaleras de la región La Laguna, en Tenango de Doria, buscan no dejar morir la producción de café, que por años distinguió a la zona Otomí-Tepehua y que se está perdiendo a causa de la roya. 

“Muchas mujeres han quemado sus cafetales y los han hecho potreros, yo seguí porque encontré planta con resistencia a la roya”, explicó Agustina Morales Tolentino, quien es parte de dicha red de mujeres cafetaleras en el municipio indígena. 

El proyecto, que lleva más de un año, donde las mujeres siembran, recolectan, tuestan, muelen, empacan, y comercializan el café, busca armar una red de mujeres distribuidoras y consumidoras de café agroecológico. 

“Lo que quiere decir que es un café natural, es ecológico porque no tiene químicos”, aseguró la caficultora. 

El precio del producto es de 50 pesos por 250 gramos y el colectivo tiene la meta de colocar 10 kilos de café mensual. “Tenemos tres toneladas de café estancado porque no hemos tenido espacios de venta”. 

“Nuestro café se llama Las Adelitas en honor a la mujer que luchó en la revolución mexicana, se puede decir que ahora nosotras igual estamos luchando para no dejar morir la producción de café en la región”. 

Agustina señala que todavía se escucha decir que la cosecha del café es un tema de hombres, “pero los esposos se han ido a Estados Unidos a trabajar, y la mujer aquí no solo es artesana y borda tenangos, también trabaja en los cafetales”. 

Respecto a la desaparición del Consejo Hidalguense del Café, opinó que eran apoyos importantes “más si la producción se viene abajo porque la gente no tiene a veces los recursos económicos para estar manteniendo una huerta, es complicado”. 

“A nosotras lo que nos gustaría es que nos ayuden a posicionar nuestro producto. Lo que tenemos ahorita son las redes sociales donde hacemos publicidad para que la gente conozca nuestra marca”, narró la empresaria.  

“Los invitamos a que consuman nuestro café, es un café de mujeres, para seguir trabajando en las fincas y no dejar morir el café”, puntualizó Agustina, nieta de productores de café. 

Su misión dice, ahora es enseñar a las hijas sobre producción, transformación y comercialización del café, “que lo amen también ellas para que jamás se pierda”, insistió la caficultora. 

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