Omar Fayad, “vacunado”
Agujeros Negros
Durante el informe del Senador Julio Menchaca Salazar, el gobernador Omar Fayad Meneses contrario a lo que normalmente sucede, recibió rechiflas e insultos ante lo cual mantuvo una actitud serena que mostró tolerancia y madurez que políticamente le da mayor estatura en la recta final de su mandato, lo que mereció el reconocimiento del coordinador de la Cámara Alta, Ricardo Monreal Ávila.
A nadie sorprendió, menos a él, si se recuerda que al inicio de este gobierno fue práctica común en las visitas del presidente a las entidades gobernadas por partidos diferentes a Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) intentar descalificar así a gobernadores por grupos preparados de Servidores de la Nación.
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Cuando confirmó su asistencia, conocía los riesgos, similares como cuando un aficionado del Guadalajara se mete en medio de la porra del América, pero también se apreció que no fue una reacción espontánea y natural, por ello se busca la mano que puso el prietito en el arroz, para atacar al gobernador.
Al mismo tiempo afectar el lanzamiento de la precandidatura a gobernador de Julio Menchaca, que empezó con una manta que rezaba que “Un Fundador será Gobernador”, con la finalidad de enviar un mensaje de que el legislador no va solo en este proceso interno de Morena, lo que por cierto es público.
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Pero deben tener cuidado con las provocaciones; en 1998 en sesión del Consejo Político del Revolucionario Institucional (PRI) para iniciar la elección de candidato a gobernador, le lanzaron gritos de “fuera manos” a Jesús Murillo Karam, quien al salir del Casino Español, dijo al periodista Carlos Camacho y a este columnista “Jesús Murillo y el gobernador, no tenían candidato, hoy ya lo tienen”.
La historia se conoce, José Guadarrama, perdió la candidatura con Manuel Ángel Núñez, porque sin importar el costo de dejar el gobierno cinco meses antes de concluir su periodo, Murillo Karam impuso como gobernador al actopense, lo que cambio escenarios y geografía política de Hidalgo. Ahora Omar Fayad, ofrece transición de terciopelo sin importar el ganador, pero como dijo un morenista: cuidado, ni Morena ha ganado, ni el PRI ha perdido.
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