Ovulospermatozoo

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Garlito

En el diseño de seres humanos para la funcionalidad, desde Un Mundo Feliz, hasta el gran hermano, pasando por La Granja y la televisión mexicana, somos los adultos de aquellos niños que fuimos; ¿Qué niños fuimos?, como nuestros padres quisieran qué fuéramos, utopía principal, ser como tus padres es un poco aburrido, hay que ser otros, teniéndolos como impulsores de triunfadores: espermatozoides y óvulos buscando libertad.

Covacha

Los momentos más importantes son los intrascendentales, es decir de todos los días, enfebrecido por pertenecer a una escuela vetusta y afamada calidad educativa, vi sus muros como una provocación a mi entender, su torre a lado y su aroma a antigüedad y sabiduría, conservadurismo y un dulce encanto pequeñoburgués, tras sus ventanas y su biblioteca, encontré la liga que expulsa la piedra el infinito; en realidad no les importaba en demasía a mis padres el conocimiento de química o matemáticas, pero sí de la vida, esa materia difícil de comprender; sabían que no sería ni docto ni con licencia, solo feliz.

Nuestros niños mexicanos están en la orfandad, en un camino como nunca antes había sido tan difícil, orfandad de padres, familia, escuela y valores; población vulnerable incuso con una familia estable, considerando que estable es una apreciación muy subjetiva, incluso el concepto familia; desde épocas anteriores se intentó defender de la sociedad a los niños y niñas, hasta hace poco de sus propios progenitores; ser padre es un accidente y los daños un infante, cuando en el universo de las energías, es materia ganadora y premio indiscutible; la precariedad, la soledad y desamparo de niñas y niños, es reflejo de una sociedad ultra hedonista, entre niñas y niños más felices, los ancianos tendrán mejor futuro.

Liceo

Antonio Lechuga era de esos educadores que sabían encontrar en las niñas y niños, su potencial existencial, pese a los seises en español, mala conducta y organizar protestas en Liceo; de aspecto de actor de los años 50´s del cine nacional, formó a cientos de niñas y niños que disfrutamos su autoritarismo, delicadeza y sabiduría; tras años de escolapio en la Julián Villagrán, decidí la existencia como doctorado profesional; muchos a través de esos adultos estrictos y afables, enseñaron a mirar como niños todo el tiempo, sin diferencia e igualdad, los días del niño y niña, eran verdaderamente aleccionadores, nos hacían entender el entorno y las vías de transformación.

¿Y los niños?; pobre de ellos, qué les pasará, cuando ellos hayan crecido ya, dice un rocanrolero; su circunstancia es peligrosa y su situación arriesgada, la infancia es etapa que hoy no todos los infantes conocen, desde siempre son adultos, trabajadores en los cruceros, vendiendo palanquetas, sus cuerpos e inocencia; no son buenos tiempos para las niñas y los niños y las autoridades se sacuden cierta responsabilidad; amor será lo único que salve a la infancia de caer en el paraíso ficticio del crimen organizado, de su adultez a los catorce y su sexualidad a los 16; los niños y niñas no son clientes electorales, quizá por ello nadie propone nada nuevo a su favor.

Día del niño y niña, por las calles no se vio celebración, solo la ausencia de risas y esa alegría renovadora; sin niñas y niños, el panorama si es desolador.

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Rolando García

Pachuqueño, periodista guionista, registrando la historia cotidiana de todos los días
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