Trabajadores migrantes hidalguenses guardan silencio ante abusos

En 2021 llegaron mil 296.7 millones de dólares en remesas a Hidalgo

En 2021 Hidalgo rompió récord en la recepción de remesas que envían miles de hidalguenses que un día salieron de su hogar para buscar en otro país un empleo y distintas oportunidades. Pero la cifra oculta las vejaciones, malos tratos y las horas intensas de trabajo que se acumulan sin que los migrantes puedan hablar de ellas, porque su condición irregular se los impide.

La semana que concluyó Hidalgo volvió a romper récord en remesas, pues mientras en 2020 logró atraer mil 22.9 millones de dólares, en 2021 llegaron mil 296.7 millones de la divisa estadounidense.

Alejandro estudió hasta la preparatoria, pero decidió cruzar a Estados Unidos cuando recién concluyó su instrucción escolar; tenía poco más de 18 años.

Arribó a Kentucky, un estado poco explorado entonces por hidalguenses en 1998. Acudió porque un amigo de la primaria lo invitó, pues su familia tenía restaurantes mexicanos, así que confió en que sería apoyado.

Sólo que, al llegar a laborar en esa ciudad, su amigo había cambiado completamente; se dirigía con malas palabras, constantemente le recordaba, “aquí no hay amigos”, y el trato cada vez era más inhumano y humillante.

Mueve la cabeza, “no la verdad es que uno no se lo espera, pero a todos nos trataban mal y eso que uno sabe que somos del mismo pueblo”, cuenta, y refiere que llevan a personas desde el pueblo porque algunos permiten la sobreexplotación laboral porque no conocen a nadie allá y cruzan la frontera de manera irregular, por lo que no pueden pedir ayuda.

Narra que sólo permaneció en ese lugar tres meses y pidió apoyo a otros familiares para que lo recibieran en el estado de Georgia y poder pagar el dinero del cruce, pues ahí hay más hidalguenses de su pueblo.

Desde hace ocho años decidió regresar a su tierra en el Valle del Mezquital y ahora con 40 años, optó por trabajar en su actividad, los rótulos y la construcción.

Víctor es originario de Atotonilco El Grande, llegó a Estados Unidos para buscar empleo 15 años atrás.  En Washington, un estado donde hay pocos hidalguenses, se ocupó en las lecherías.

“Uno quiere el trabajo con las vacas, ya después entiendes que vives una esclavitud, aunque te paguen 17 dólares la hora”, pues cuenta que además de su labor para la que fue contratado, se sumaban muchas otras actividades.

Pero más allá de la pesada actividad que rebasaba la jornada laboral establecida, Víctor compartió que tenía que soportar horas bajo el rayo del sol que en primavera alcanzaba altas temperaturas y ni agua podía tomar, estaba en el infierno.

“… ya a la hora del lonche venía lo peor, llegaba el mayordomo ahí, me empezaba a acariciar. ¿Con qué motivación llegas a trabajar?, yo andaba sin ganas, en otro mundo. Yo veía cómo se quedaban sin chamba las personas que se quejaban”, relató el hombre, cuyo testimonio se encuentra reunido en el libro Callan por miedo, que expone la experiencia de hombres y mujeres que laboran en las lecherías del estado de Washington.

“Para todo pedía eso (…) que lo tocaras, que te dejaras tocar o chupar o sexo con él. Quisiera decirlo todo…”, destaca en su relato, de quien por no tener documentos y continuar con un trabajo ‘estable’ decidió callar por años, hasta que un día decidió poner un alto.  

Entre los diez relatos reunidos por Ilallalí Hernández y contenidos en el texto que se editó en 2021 con el apoyo del Senado de la República, se refieren también los accidentes laborales que pueden dejar a los trabajadores imposibilitados de continuar laborando en un país donde “si no trabajas no comes”, afirman.

Un caso similar al de Alejandro es el de Víctor, quien expresa que el estatus migratorio del mayordomo lo puso por encima de los trabajadores irregulares, lo que permite una cadena de abusos, humillaciones y vejaciones que permanecen en el silencio por el estatus migratorio.

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Estatus irregular ata de manos a trabajadores migrantes

Tomás Serrano Avilés, investigador del fenómeno migratorio internacional y académico en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), explica que para un mexicano con estatus migratorio irregular es casi imposible denunciar acoso laboral y otras arbitrariedades ante la autoridad en Estados Unidos, pues las investigaciones refieren que no hay un marco jurídico suficiente.

El derecho es ambiguo para los mexicanos y los pleitos laborales son imposibles de ganar en ese país”

Serrano

 “Los inmigrantes están desprotegidos, las investigaciones refieren que no hay una institución mexicana lo suficientemente fuerte para apoyarlos cuando son vejados en sus derechos, además el derecho es ambiguo para los mexicanos y los pleitos laborales son imposibles de ganar en ese país”, expuso y acotó que en la Universidad de Chiapas se han documentado estudios al respecto.  

Hasta el momento, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de Hidalgo no tiene reporte en torno a casos de abuso de parte de hidalguenses migrantes que trabajan en el extranjero, y tampoco de quienes salieron del país mediante un contrato laboral.

A través del departamento de comunicación social de la STPSH se informó que, si bien en 2021 se colocaron mil 169 trabajadores en empresas de Estados Unidos y Canadá, y en lo que va de la administración estatal sumaron 779 contratos, a través del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT) y Técnicos y Profesionistas, no se recibió queja alguna por malos tratos o incumplimiento laboral, pero sí se recibió un comentario de inconformidad.

“Pese a que no se cuenta con registros de quejas por parte de los trabajadores, existe un procedimiento administrativo en el que el trabajador, al rendir su Reporte de retorno, manifestó su inconformidad respecto de la empresa en la que laboró. La información quedó registrada en el Sistema y de manera simultánea se informó a la Oficina Central Unidad del Servicio Nacional de Empleo y se especificó la situación acontecida en el Centro de trabajo o con una persona en particular”, explicó la STPSH.   

Quien refirió que al PTAT se han vinculado a personas de los 84 municipios. En su mayoría se trata de personas jóvenes, de municipios rurales.

Difícil contar con un censo de trabajadores migrantes

Si bien algunas instituciones estatales informan cuántos y dónde se ubican los hidalguenses migrantes, no existe certeza de cuántos y dónde están aquellos que un día salieron de alguno de los 84 municipios para cruzar la línea fronteriza y perderse entre las grandes ciudades y los pequeños condados de Estados Unidos en la búsqueda de un trabajo que les permitiera enviar dinero para su familia.

Para el investigador Tomás Serrano, la posibilidad de contar con un censo real está muy alejado.

“La población tendría que acercarse con las autoridades estatales o nacionales mexicanas y la gran mayoría no quiere saber de esto. Se sienten abandonados y forzados a salir de sus regiones».

Habría que preguntarles, ¿quieren participar con su voto en las elecciones desde el extranjero?”, preguntó el investigador, quien consideró que si aceptan sería una forma de saber dónde están y fueron devueltas cuántos realmente son.

Datos de la Secretaría de Desarrollo Social en la entidad indican que en 2019 había cerca de 368 mil 454 hidalguenses que migraron a Estados Unidos. California y Texas son los estados de mayor recepción con entre 50 mil y 100 mil hidalguenses, seguidos de Florida, Georgia y Carolina del Norte, en donde se tiene detectado que viven otros 20 y 50 mil hidalguenses.

Sin embargo, hay estados como Washington y el mismo Nueva York donde los hidalguenses son los menos, al igual que en Kentucky donde se estima que son entre mil y tres mil que se encuentran dispersos entre la población. 

Un dato para destacar es que, en la Bahía de Tampa, en Florida, viven migrantes de Ixmiquilpan, Nicolás Flores, Chilcuautla, Cardonal, Tasquillo, Zimapán, Actopan, Santiago de Anaya y otros municipios, pero no se tiene una cifra precisa. En Clearwater incluso han integrado colonias, según los dos clubes integrados en esa entidad.

Otros estados con menor población de hidalguenses son Illinois y Arizona, donde se estima que hay entre 9 mil y 20 mil. 

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Deportación de hidalguenses, fenómeno al alza

Ante un panorama de crisis sanitaria que desencadenó después una económica, la opción de migrar a Estados Unidos de manera ilegal no se detuvo, pues en 2021 fueron repatriados 6 mil 47 hidalguenses, según la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, 13.7 por ciento más que en 2020, cuando se deportaron 5 mil 314 hidalguenses.

Del total de deportados en 2021, 5 mil 396 eran varones, 651 mujeres, pero entre estos grupos se encontraron 445 adolescentes (134 estaban solos). También había 26 niños con menos de 11 años de edad, siete de ellos viajaban solos.

Remesas rompen récord: llegan a 26 mil millones de pesos

Por segundo año consecutivo Hidalgo batió récord por las remesas recibidas procedentes de Estados Unidos principalmente. En 2020 alcanzó los mil 22.9 millones de dólares y en 2021, la cifra llegó a mil 296.7 millones de dólares, de acuerdo con datos del Banco de México (Banxico). 

Con un precio del dólar de 20.5 pesos promedio durante el año pasado, al multiplicar la cifra, el monto en pesos mexicanos recibidos vía remesas asciende a los 26 mil 582 millones 350 mil pesos, es decir, cuatro veces más que los obtenidos a través de los distintos programas sociales del Gobierno Federal enfocados a población vulnerable a quienes el último año se les destinó 6 mil 735 millones de pesos.

La cantidad de dinero proveniente de las remesas en Hidalgo es aún superior al presupuesto destinado para el sector educativo estatal que este 2022 ejercerá 24 mil 743 millones 668 mil 068 pesos, de acuerdo con el dato obtenido en el Periódico Oficial del 31 de diciembre de 2021, alcance 12, anexo 1.

Pero el incremento no obedece a que los mexicanos en el extranjero ahora cuenten con un mayor poder adquisitivo. Tomás Serrano Avilés explica que “en la medida en que existan crisis económicas en el país, las remesas aumentarán”.

“Las remesas incrementan porque la migración es la principal estrategia de sobrevivencia de la población en Latinoamérica; no hay otra mejor opción con todo y los problemas que esta atrae”.

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