Tula: nunca imaginaron que lo perderían todo

“No nos dio tiempo de sacar nada”; cumple un mes la inundación

La noche del 6 de septiembre, los niveles del río Tula comenzaron a subir de manera inesperada, y en los puntos en donde el agua siempre sube, la gente aplicó sus protocolos habituales, pero nunca imaginaron que perderían todas sus propiedades; a un mes muchos aún no pueden volver a sus hogares.

Alrededor de las 10:00 de la noche del 6 de septiembre, la familia de Laura Lerma veía tranquilamente la televisión en su hogar, ubicado en El Denguí, en Cruz Azul, sin embargo, los perros comenzaron a aullar de manera insistente, razón por la que el hijo de doña Laura decidió salir y meter a los animales.

Para cuando el joven fue a meter a los animales que regularmente están amarrados debajo de un árbol, el agua ya había comenzado a subir, según contó Doña Laura, quien explicó que en cuanto su hijo liberó a sus perros, salieron despavoridos para adentro de la casa y no pararon de aullar del miedo.

“El agua nos agarró desprevenidos. En el Denguí suele inundarse pero siempre del otro lado del puente, nunca del lado de nosotros y en cuestión de minutos, el agua alcanzó rápidamente el metro de altura, tuvimos que salir rápidamente de la casa, tanto que no nos dio tiempo de sacar nada”

cuenta doña Laura.

Salieron de su casa con el agua cubriéndoles arriba de la cintura y el líquido continuó subiendo mientras ellos veían desde la carreta como su patrimonio era cubierto por el agua negra.

Según doña Laura, tuvieron que habilitar un “cucurucho” hecho con láminas que usan normalmente para vender comida, ahí adaptaron un dormitorio y cocina en donde han estado, pues se les recomendó que no regresarán a su casa como medida preventiva para salvaguardar su salud.

En su patio, doña Laura tenía 150 gallinas, había sembrado maíz y tenía calabazas, todo se lo llevó el agua, incluso inundo sus hornos con los que suele hornear barbacoa para subsistir.

Y aunque la familia ha habilitado espacios para poder ver una televisión que consiguieron, han tenido que dormir muchas noches en el cuarto de lámina que se ubica al lado de la carretera, mientras buscan la forma de volver a retomar sus vidas.

La inundación también retrasó su operación

Doña Laura tiene una hernia afuera del intestino grueso y en el Hospital General de Zona con Medicina Familiar número 05 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) la había programado para operación el 8 de septiembre, pero, derivado de que el inmueble se inundó la madrugada del 7 de septiembre, su operación ha sido pospuesta para una nueva fecha.

Por Joselyn Sánchez

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